| Por El Obispo Steven J. Raica

‘¡Aquí estoy, Señor! ¡Envíame!’

Mis hermanas y hermanos,

Siempre que hablamos acerca de vocaciones, estamos hablando específicamente acerca de un “llamado” del Señor para ser o hacer algo por la misión de proclamar las Buenas Nuevas de nuestra salvación en Cristo. Estaba en quinto grado en la Escuela del Sagrado Corazón en Munising, Michigan cuando empecé a escuchar el revuelo de esta llamada en mi corazón. Año tras año se hizo más fuerte y convincente. Hubo momentos que los dudé y lo cuestioné mientras reflexionaba otras carreras y caminos vocacionales. Sin embargo, el Señor continuó “persiguiendo” mi corazón y mi mente de tal manera que cada vez que pensaba ir en una dirección diferente, El encontraba la manera de traer mi atención de regreso a El con el susurro, “¡Sígueme!”

Hay un autor que habla de Dios como el “Cazador del Cielo. El trata de abrir camino a través del ruido de nuestras vidas para entrar dentro del silencio y profundidad de nuestros corazones, persiguiéndonos para que escuchemos su voz. Para muchos, esta llamada — esta vocación — es para el matrimonio con el propósito de traer nuevos hijos a este mundo y para el apoyo mutuo.  Para otros, esta llamada es muy específica al sacerdocio, a la vida consagrada, el diaconado, a la virginidad consagrada o para vivir como un ermitaño en oración y soledad.

Mientras reflexiono sobre mi propio camino y la renovación del “si” al llamado de Dios, recuerdo que Dios está lleno de sorpresas. Nunca me hubiera imaginado en un millón de años que ejercería el ministerio como obispo, como tampoco nunca hubiera imaginado que este ministerio, en mis últimos años los pasaría en Alabama.

De hecho, si no todo, la mayor parte de mi ministerio ha estado lleno de sorpresas. Al ceder al “Cazador del Cielo” esto ha traído una sensación de serenidad y paz interior. Supongo que podría decir que he hecho lo que se me ha pedido que haga. A través de esto, he conocido muchos amigos de Cristo que me siguen alentándome a experimentar la victoria conquistada por Cristo. Hoy, muchos nuevos amigos aquí en Alabama me recuerdan que estamos juntos en un maravilloso camino de fe.

Leyendo el artículo de este número de One Voice dedicado a diversas llamadas vocacionales, rezo para que ustedes puedan expresar su gratitud a su vocación como lo hicieron los discípulos de Cristo y muchos santos a lo largo de los siglos. Para aquellos que escuchan el llamado de seguir a Cristo más de cerca en una vocación religiosa, rezo especialmente para que no duden o tengan miedo de decir “sí” generosamente como muchos antes que ustedes: “¡Aquí estoy, Señor! ¡Envíame!” ¡Todos hemos estado allí! ¡Caminaremos contigo mientras abres tu corazón cada vez más a la gracia y la paz de Dios!


El Obispo Steven J. Raica es el Quinto Obispo de Birmingham en Alabama.

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