‘Tú eres el presente’
Queridos hermanas y hermanos,
Nuestros jóvenes cristianos católicos juegan hoy un papel muy importante en la vida de la iglesia. Muchas veces dependemos de las escuelas católicas y los programas de formación en la fe que ofrecen las parroquias para los que asisten a las escuelas públicas, para el desarrollo continuo de la fe de nuestros jóvenes, no debemos olvidar de que cada año a nivel diocesano se llevan a cabo diferentes eventos para atraer e involucrar a los jóvenes en la iglesia. Por ejemplo, las reuniones de FOCUS (Agrupación de Universitarios Católicos) para universitarios y la Conferencia Nacional Católica para los adolescentes, reúnen a los jóvenes de todo el país para momentos de encuentro, comunión y envío misionero. De la misma manera, la Universidad Franciscana y otras organizaciones similares, demasiadas para enumerarlos aquí, despiertan la centralidad de la fe como fue vivida por los santos y vivida por los creyentes alrededor del mundo.
Queridos hermanas y hermanos,
Nuestros jóvenes cristianos católicos juegan hoy un papel muy importante en la vida de la iglesia. Muchas veces dependemos de las escuelas católicas y los programas de formación en la fe que ofrecen las parroquias para los que asisten a las escuelas públicas, para el desarrollo continuo de la fe de nuestros jóvenes, no debemos olvidar de que cada año a nivel diocesano se llevan a cabo diferentes eventos para atraer e involucrar a los jóvenes en la iglesia. Por ejemplo, las reuniones de FOCUS (Agrupación de Universitarios Católicos) para universitarios y la Conferencia Nacional Católica para los adolescentes, reúnen a los jóvenes de todo el país para momentos de encuentro, comunión y envío misionero. De la misma manera, la Universidad Franciscana y otras organizaciones similares, demasiadas para enumerarlos aquí, despiertan la centralidad de la fe como fue vivida por los santos y vivida por los creyentes alrededor del mundo.
El camino de un alma comienza, y se hace más fuerte cuando ha vivido una experiencia de fe, porque no se queda encerrada en un armario en el cual solo algunos tienen la llave para abrir la puerta. Más bien, sucede a nuestro alrededor, muchas veces en circunstancias inesperadas. A lo largo de nuestra diócesis, me encuentro con jóvenes que ya tienen una relación con Cristo. Es una cosa muy linda. Algunos se están dando cuenta del hecho de que la vida puede ser aún más real y genuina de lo que pensaban originalmente.
Recientemente, un par de nosotros hablábamos acerca del impacto de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), una iniciativa global iniciada por la inspiración del Papa San Juan Pablo II. Muchos sacerdotes, hermanas religiosas y matrimonios encontraron su vocación durante la JMJ en Denver en los 90.
Los jóvenes vinieron de todas partes del mundo. Concluyó con una caminata de cinco millas hasta el parque Cherry Creek en las montañas para una vigilia de toda la noche con el Papa San Juan Pablo II. Fue un momento de cambio para muchos cuando se comprometieron en aceptar el sueño de Dios para ellos.
Pero recordando, y en retrospectiva, nos sorprendió el hecho de que no había teléfonos celulares, ni internet, ni comunicación instantánea. Todo seguía siendo “tecnología vieja,” sin embargo los jóvenes llegaron en masas para ser parte de esta increíble experiencia. A pesar de las circunstancias en la que nos encontremos, nunca debemos subestimar lo que el poder del Espíritu Santo puede hacer por nosotros.
En la misa final de la JMJ en la Ciudad de Panamá hace algunos años, el Papa Francisco llamó a los jóvenes a abrazar la misión diciéndoles: “Ustedes, queridos jóvenes, no son el futuro. Nos gusta decir ‘Ustedes son el futuro’. No, ustedes son el presente. Ustedes no son el futuro de Dios; ustedes, jóvenes, son el ahora de Dios. Él te invita y les llama en sus comunidades y ciudades a que salgan y encuentren a tus abuelos, a los ancianos, para levantarse con ellos y hablar y realizar el sueño que el Señor a soñado para ustedes. No mañana. ¡Ahora!”
Afortunadamente, los jóvenes de nuestra parroquias e instituciones nos recuerdan de sueños, esperanzas y entusiasmo. Como cristianos hoy, ahora más que nunca, necesitamos soñadores quienes reflejen el poder de la presencia de Dios entre nosotros. Tal vez, es la forma en que Dios nos recuerda que tenemos una vida increíble por delante.
Por el Reverendísimo Steven J. Raica
Quinto Obispo de Birmingham en Alabama