‘La esperanza no defrauda’
Esta Nochebuena, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, iniciando oficialmente el Jubileo ordinario del año 2025. En su Bula de Indicción para el Jubileo Ordinario de 2025, Spec Non Confundit, el Papa introduce el año citando la Carta de San Pablo a los Romanos: “La esperanza no defrauda.” (Rom 5:5) En pocas palabras, el Papa explica, la esperanza cristiana “se basa en la certeza que nada ni nadie puede separarnos jamás del amor de Dios.”
Esta Nochebuena, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, iniciando oficialmente el Jubileo ordinario del año 2025. En su Bula de Indicción para el Jubileo Ordinario de 2025, Spec Non Confundit, el Papa introduce el año citando la Carta de San Pablo a los Romanos: “La esperanza no defrauda.” (Rom 5:5) En pocas palabras, el Papa explica, la esperanza cristiana “se basa en la certeza que nada ni nadie puede separarnos jamás del amor de Dios.”
Un estudiante de Huntsville High School llamado Joseph Steber, con una madures superior a su edad, parece vivir como si hubiera entendido esas palabras toda su vida. Sin embargo, él es el primero en admitir que ir a misa no siempre estuvo como prioridad en su lista de cosas favoritas. Francamente, él comparte que, “cuando era pequeño, realmente no le tenía aprecio.”
Después de completar su cuarto año en la escuela pública local, los padres de Steber lo inscribieron en la escuela de la parroquia, Holy Spirit Regional Catholic School. Cuando llegó el momento de su confirmación, Steber dice que fue preparado para el sacramento por un profesor maravilloso, quien, dice él, le hizo “pensar.” Sus pensamientos lo llevaron al grupo de jóvenes, al que se unió en su primer año de secundaria.
Bendecido con la guía de un número bastante considerable de alumnos de cursos superiores, Steber se involucró más en las actividades del grupo, y a medida que lo hacía, sus ojos se abrieron a la “riqueza” de la fe católica. Una “actividad,” en particular, que fue muy reveladora para el joven fue la adoración.
Para su parroquia, la adoración perpetua del Santísimo Sacramento ha sido una parte integral de la vida de la parroquia por más de 38 años. En 1986, el Padre Donald J. Grainger, entonces el párroco de Holy Spirit, inició el camino y el apoyo continuó con los párrocos Msgr. Michael Sexton, Padre Louis Giardino y Padre Michael Mac Mahon. Siendo una parte tan importante de la parroquia, Holy Spirit construyó una Capilla de Adoración Perpetua nueva y más grande que se inauguró en junio de 2022.
Antes de su experiencia con el grupo de jóvenes, Steber confiesa, “creo que nunca hubiera ido a la adoración antes de las primeras veces que fui con el grupo de jóvenes.”
Al introducir a los adolescentes a la adoración, Lori Lai, la directora de jóvenes de Holy Spirit, dice que ella y su equipo pueden compartir con los adolescentes “lo mucho que Dios los ama y está esperando que ellos le “elijan” y lo pongan en primer lugar en sus vidas.” Cuando eso hacen y “se centran en la eucaristía, asistiendo a misa los domingos y lo que más puedan durante la semana, confesándose regularmente y visitando la “Capilla de Adoración Perpetua,” Lai señala que “las otras cosas en sus vidas se ordenan solas.” Cuando esto sucede, ella sostiene que los jóvenes encuentran consuelo cuando las cosas son difíciles, celebración cuando las cosas son estupendas y comunidad cuando se sienten solos. “Cristo los espera pacientemente … siempre.”
Su prueba no está lejos.
Un año después de la apertura de la nueva capilla, que fue el verano entre su primer y segundo año de secundaria, dice que empezó “periódicamente” a visitar la capilla. Con el tiempo esas visitas se hicieron más regulares, incluso después del inicio del nuevo año escolar. Este verano pasado, incluso añadió la asistencia diaria a misa a su rutina de las mañanas. “Creo que he crecido y la adoración me ha ayudado al cien por ciento,” reconoce Steber.
Saber que la Eucaristía es “la fuente y la cumbre” de la vida cristiana contribuyó a que Steber decidiera asistir en julio al Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis. Dice que nunca dudo en asistir. No es sorprendente, que su experiencia más memorable del congreso fue su participación en la adoración. “La adoración la primera noche fue increible,” recuerda. “Todos estábamos sentados en el Estadio Lucas Oil y un orador estaba dando su charla. Cuando terminó, hicimos una canción, y luego todos nos arrodillamos mientras entraba Jesús. ¡Fue impresionante!”
Al recordar el congreso, Steber cree que el esfuerzo no se hizo con el intento de convencer a los fieles de algo que ya no supieran. Después de todo, Jesús es Jesús. “¡No puedes cambiar la verdad!” más bien, observa, “ellos moldearon nuestra perspectiva.” Con tantos católicos que tienen un conocimiento superficial de la fe, “necesitamos entender el significado más profundo.” Dice que cuando se mira por debajo de la superficie, “es asombroso”. Da el ejemplo de cuando el sacerdote levanta el cáliz y la hostia durante la misa. “Todo el cielo, todos los ángeles, arcángeles, están ahí”, exclama. “Debemos darnos cuenta de que hay una superficie, y al hacerlo, damos un paso hacia atrás y nos esforzaremos por profundizar más.
En este sentido, Stever se considera afortunado. “Es como si Dios me hubiera levantado y dicho: “tú vas a venir conmigo”, explica, “pero todos los niños son diferentes. No puedes hacer que ellos quieran venir a la iglesia”.
¿Entonces qué puedes hacer? El remedio de Steber es magnífico es su sencillez: hacer de tu vida una oración.
Llegó a esta conclusión en oración durante la adoración mientras leía uno de sus libros favoritos, Madre Teresa: En mis propias palabras. Hay algunas personas quienes, para no rezar, usan como excusa que la vida es tan agitada que les impide rezar”, escribe la santa. “Esto no puede ser. La oración no exige que interrumpamos nuestro trabajo, sino que sigamos trabajando como si fuera una oración. No es necesario que todo el tiempo estemos meditando, ni experimentar conscientemente la sensación de que estamos hablando con Dios, por muy agradable que esto sea. Lo que importa es estar con Él, vivir en Él, en su voluntad. Amar con un corazón puro, amar a todos, especialmente a los pobres, es una oración de veinticuatro horas”.
Dice que eliminar la distracción de nuestras vidas y volver a una relación personal marcará una gran diferencia. La bondad, al estilo tradicional es importante, ya sea tener compasión por un extraño, respetar a quienes no están de acuerdo con nosotros, u ofrecer palabras de aliento. “Me alegra el día”, dice, “cuando un viejo me dice, ‘es bueno ver a un joven en la capilla de adoración’”.
La bondad puede ser un desafío, pero Steber sostiene que la relación con Dios nunca falla. “Las personas más felices que veo son las que asisten a misa todos los días. La gente tiene sus prioridades desordenadas. El mundo anhela la plenitud, pero nunca la vas a encontrar: van a seguir escarbando y escarbando hasta que encuentren a esa persona que les diga: “Sé lo que estas buscando…. Ve a misa, ve a la adoración, haz cualquier cosa relacionada con Jesús y la Eucaristía, y tu esperanza no disminuirá, sino que crecerá.