‘No suministramos transacciones; creamos y cultivamos relaciones’
La Sociedad de San Vicente de Paul
La Sociedad de San Vicente de Paul
Dentro de los Estados Unidos, la Sociedad de San Vicente de Paúl, una organización católica laica que ofrece servicios personales a los necesitados, cuenta con 5,000 conferencias y consejos. La Diócesis de Birmingham tiene dos Consejos Distritales: uno en Huntsville y otro en Birmingham. El consejo de Huntsville está formado por nueve conferencias, que cuentan con el apoyo de parroquias individuales.
En 2024, esas nueve conferencias pudieron realizar 2,232 visitas domiciliarias, donar 12,628 horas de asistencia a los necesitados, recorrer 97,563 millas y proporcionar la asombrosa cifra de $1,094,000 dólares en ayuda para alquiler y los servicios públicos, alimentos, muebles, reparación de automóviles, atención médica y dental, un programa de préstamo a bajo interés y un ministerio para personas sin hogar. En todos los esfuerzos realizados por las conferencias, el objetivo principal es buscar “caminos a largo plazo para salir de la pobreza y alcanzar el pleno desarrollo de cada persona” defendiendo las palabras del fundador, Frédéric Ozanam: “abrazar al mundo en una red de caridad”.
Es precisamente al abrazar el mundo de esta manera que se deja una huella indeleble en los miembros de la sociedad: El presidente del Consejo del Distrito de Huntsville, Mick McGuire, señala: “Qué Dios tan maravilloso tenemos, que nos permite verlo en el rostro de los pobres a quienes a través de lo que humildemente ofrecemos.”
Los pobres, sin embargo, no son solamente números en una hoja de cálculo. Los Vicentinos, como se les conoce, se esfuerzan por referirse a aquellos a los que ayudan como “amigos.” “Somos más relacionales que transaccionales,” explica McGuire. “Muchas veces las personas solo quieren ser escuchadas, ser vistas, ser comprendidas. Por supuesto, la transacción les da la esperanza de que pueden sobrevivir la próxima semana o el próximo mes, pero la relación los ayuda a saber que alguien se preocupa por ellos, dándoles esperanza espiritual de que lo bueno realmente existe en el mundo.”
