Educación: Un ancla de esperanza que no defrauda
Queridos hermanos y hermanas, hay un renovado espíritu de esperanza que recorre la vida de la educación católica en nuestra Diócesis de Birmingham. Es una esperanza que no defrauda: un ancla de fe que nos arraiga en Cristo y eleva nuestros corazones hacia el futuro. En todas nuestras escuelas, desde los más pequeños hasta los graduados de secundaria, se persibe un nuevo sentido de dinamismo, energía y propósito. Las matrículas han aumentado, el entusiasmo ha crecido y estamos viendo nuevas oportunidades de expandir el alcance de nuestra misión de “enseñar todas las naciones”. (Mt 28,19)
Queridos hermanos y hermanas, hay un renovado espíritu de esperanza que recorre la vida de la educación católica en nuestra Diócesis de Birmingham. Es una esperanza que no defrauda: un ancla de fe que nos arraiga en Cristo y eleva nuestros corazones hacia el futuro. En todas nuestras escuelas, desde los más pequeños hasta los graduados de secundaria, se persibe un nuevo sentido de dinamismo, energía y propósito. Las matrículas han aumentado, el entusiasmo ha crecido y estamos viendo nuevas oportunidades de expandir el alcance de nuestra misión de “enseñar todas las naciones”. (Mt 28,19)
Agradecemos los recursos que lo han hecho posible, especialmente la dedicación de los padres, párrocos y parroquias. La CHOOSE Act, Alabama Accountability Act, y la generosidad de organizaciones que otorgan becas están ayudando a más familias a tener acceso al don de la educación católica. Estas medidas han abierto las puertas a estudiantes que de otra manera no hubieran tenido la oportunidad de experimentar la alegría de aprender en un ambiente arraigado en los valores del Evangelio. Además, benefactores de toda la diócesis están demostrando una generosidad extraordinaria, ayudándonos a fortalecer la Faith in Education Foundation, una nueva fuente de subvenciones y apoyo para nuestras escuelas católicas. Esta colaboración entre fieles administradores, educadores y familias están dando grandes frutos para nuestros niños y para la iglesia.
Abundan los signos de renovación. En la Escuela de Secundaria John Carroll, nuestros estudiantes y familias se están uniendo en torno a una muy necesaria revitalización de las instalaciones deportivas, pero no solo se están renovando los campos, sino también el espíritu de la comunidad. El deporte, la educación y la formación en la fe se unen en una visión integral que busca formar corazones, mentes, cuerpo y alma a imagen de Cristo. La educación católica, en su mejor expresión, forma a la persona en su totalidad, preparando a los jóvenes no solo para la universidad y la vida profesional, sino también para el discipulado y el liderazgo en la iglesia y en la sociedad.
Este mismo espíritu de crecimiento está inspirando nuevos comienzos. Celebramos la apertura de la Escuela de Santo Tomás en Montevallo, sirviendo a una comunidad vibrante y creciente. Y a medida que nuestra población continúa expandiéndose en el Valle de Tennessee esperamos con esperanza la apertura de otra escuela católica allí en un futuro próximo. Estos avances nos recuerdan que la educación católica no es un lujo, es una misión. En nuestra respuesta al mandato eterno de Cristo de “enseñar todas las naciones”, formando corazones que conozcan y amen al Señor.
El Papa Francisco nos recuerda que “la educación es un acto de esperanza”, porque “nos invita a participar en el proyecto común de construir el futuro”. (Discurso a la Congregación para la Educación Católica, 2021) Es exactamente lo que estamos haciendo en nuestras escuelas. Estamos construyendo el futuro con esperanza, confianza y alegría. Más que un conjunto de instituciones, nuestras escuelas católicas son comunidades de encuentro; lugares donde se vive la fe, se agudiza el razonamiento y mentes jóvenes se arraigan en la verdad.
El Papa Leo XIII, el gran defensor de la educación católica escribió que “la escuela es el lugar donde se siembran las semillas de la virtud”. Esas semillas se siembran de nuevo hoy en nuestra diócesis. Contamos con la bendición de maestros, administradores y párrocos quienes sirven con pasión y fe. Nuestros padres y feligreses continúan siendo el alma de esta misión, asegurándose de que cada niño crezca en sabiduría y gracia ante Dios.
El impulso que estamos viendo no es casualidad. Es fruto de la fe, la visión y colaboración. Es un testamento de lo que puede suceder cuando la iglesia, familias y comunidades trabajan juntas con un propósito común.
Como obispo, tengo una gran esperanza acera del futuro de la educación católica en la Diócesis de Birmingham. Nuestra superintendente, Margaret Dubose, esta impulsando el entusiasmo y energía para promover la excelencia en todos los aspectos de nuestras escuelas católicas. Cada día, nuestras escuelas rebosan de una fe firme y de asombro ante el mundo que nos rodea. Nuestras escuelas están preparando una nueva generación para ocupar el lugar que les corresponde en la iglesia y en el mundo con corazones que aman, mentes que piensan críticamente y almas que buscan a Dios por encima de todo y que conocen el poder de pertenecer a Cristo.
Que el Señor, fuente de toda sabiduría siga bendiciendo a nuestros estudiante, maestros y benefactores, y que nuestras escuelas católicas permanezcan, por generaciones, como anclas de esperanza que nunca defraudan.
“Educar es dar esperanza, es sembrar el futuro”. Papa Francisco
“Que cada escuela sea un santuario de verdad y virtud”. Papa Leo XIII
¡Finalmente, gracias por sus oraciones y apoyo a esta misión esencial en el corazón de nuestra iglesia aquí en el centro y norte de Alabama!
Por el Reverendísimo Steven J. Raica es el Quinto Obispo de la Diócesis de Birmingham en Alabama.
