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 | Por Cynthia Kaan

¡Me acabo de graduar!

¿En qué estaba pensando cuando elegí esa carrera?

¡Lo hiciste! Te graduaste y ahora tienes un título universitario en tu mano. Pero ¿qué sucede si te das cuenta de que este título no te conducirá a la carrera que deseas? ¿A dónde ir desde aquí?

 

Pausa para obtener perspectiva.

Un título universitario, independientemente de los detalles, sigue siendo un título. Tiene valor. Tu tiempo dedicado a perseguir y alcanzar ese título no se desperdicia. Dios usa todo para su gloria y tu experiencia tiene un propósito. Ora durante esta pausa para que tus ojos se abran a lo que Dios te enseñó durante ese tiempo.

Explora tu historia.

Piensa en cómo pasaste tu tiempo en la universidad: trabajos que tuviste, organizaciones en las que participaste, clases que disfrutaste. ¿Qué habilidades aprendiste? ¿Qué te apasionaba? ¿Qué te disgustó? Estas preguntas te darán cierta claridad sobre lo que debes buscar en una carrera.

Pide orientación.

Conéctate con tu centro de carreras universitarias para crear un currículum basado en habilidades para mostrar tus competencias transferibles. También tendrá acceso a cuestionarios para ayudarte a descubrir dónde coinciden tanto tu pasión como talento y en qué tipos de carreras. Las universidades quieren que sus exalumnos tengan éxito y estarán felices de ayudarte en tu viaje.

Mientras persigues activamente tu vocación, medita en Jeremías 29, 11. Déjate guiar por la oración de Santa Juana de Arco: “Que Dios sea servido primero”. Amén.