Como parte del tema del año jubilar centrado en la “esperanza,” el tema de este año “Servimos con Amor — Construyendo un Futuro de Esperanza,” no solo habla de lo que hacemos juntos, sino del porqué lo hacemos. Somos una Iglesia en misión — llamada a servir, a alentar y llevar la luz de Cristo a la vida de los necesitados. Cualquiera que sea la ayuda que proporcionamos a través de nuestros Centros de Ayuda, el trabajo de nuestras escuelas católicas y la formación en la fe, la formación de futuros sacerdotes y diáconos, o el alcance a los pobres, encarcelados, enfermos y vulnerables, su generosidad sirve como vínculo vital para un ministerio eficaz.

Las necesidades en nuestra diócesis son reales y crecientes. Las familias se enfrentan a nuevos retos económicos y espirituales. Nuestras parroquias se esfuerzan por hacer más, no sólo mantener lo que hay, sino también construir un futuro lleno de esperanza. Es por eso la campaña de este año es más importante que nunca. Juntos, como una familia unida en la fe, podemos responder no con miedo o vacilación, sino con el coraje audaz del Evangelio y la fuerza de nuestro amor.

Esta edición de One Voice y las próximas ediciones, destacarán algunos de los logros extraordinarios de     nuestra campaña anual. Juntos, estamos unidos en una     misión que nos permite cumplir y superar las expectativas para nuestros diferentes ministerios. Confío en que podemos llevar a cabo la obra de Dios siempre que hagamos lo que hacemos en nombre de Cristo.

No estamos pidiendo que todos hagan todo, pero sí estamos pidiendo que cada uno hagan algo. La participación importa. Las oraciones por el éxito de la campaña anual importan. Cada donación, sin importar el tamaño, es un signo de solidaridad y de misión compartida. Para aquellos que han sido bendecidos con la habilidad de hacer más, su generosidad ayuda a construir la capacidad para expandir los ministerios y poder llegar a quienes esperan la esperanza, curación y acogida.

La iglesia es más que un edificio, es el Pueblo de Dios, vivo y activo, extendiéndose al mundo con misericordia y determinación. Su donación a la campaña anual es una forma tangible de vivir su fe, de hacer realidad el amor y de construir algo duradero para las generaciones venideras.

Les pido, como cristiano y como su obispo, en el contexto de la oración y la reflexión, que apoyen la campaña de este año. Pregúntense, “¿Cómo me está llamado el Señor a servir con amor y cómo puedo ayudar a construir un futuro de esperanza para nuestra diócesis?” Confío en que el Espíritu Santo mueva su corazón para responder con generosidad y alegría.

Que nuestros esfuerzos sean bendecidos, nuestros corazones estén unidos y que nuestra diócesis brille con el amor de Cristo aquí en el centro y norte de Alabama.

Con gratitud y oraciones para ustedes y sus seres queridos.